17 septiembre 2009

Fantasias II - El Encuentro

Sus miradas se cruzaron en silencio un instante más de lo habitual.
Meses y meses de angustia, ansiedad, deseo y diálogos a oscuras se hacían presentes en ese encuentro. Furtivo. El primero.
Latidos y respiraciones resonaban en un cuarto aislado del mundo: de sus respectivos mundos, tan reales… tan crueles… anacrónicos. Las palabras sobraban ahora (ya habría tiempo después). ¡Estaban tan hartos de palabras! Sólo querían mirarse y ver en otros ojos las propias incertidumbres (¡Cómo enamoran las incertidumbres!).
“¿Estará decepcionado?”
“¿Le gustaré?”
“¿Será verdad todo esto?”
“¿No será que estoy soñando, otra vez?”
Las sonrisas empezaron a despejar las dudas, y los pasos siguieron a las sonrisas. Se acercaron lentamente, y lentamente ella levantó la mano para acariciar su mejilla. Como si quisiera comprobar que era real.
Él reaccionó al gesto,estremeciéndose, la tomó de la cintura y acortó la escasa distancia que los separaba.
Ambos luchaban entre el deseo de cerrar los ojos, para disfrutar de las sensaciones, y la necesidad de mantener la vista fija en el otro, para comprobar que aún seguía ahí… Hasta que sus labios coincidieron... Entonces, y sólo entonces, les bastó con la energía que les traspasaba la piel.
El beso más tierno, más profundo y más apasionado de la historia de los besos tuvo lugar en aquel cuarto… o, al menos, así lo sintieron ellos.
**
Horas después (horas plenas de pasiones, palabras y especulaciones sobre caminos que se cruzan demasiado tarde), la luz del sol a través de las persianas les advirtió que sus mundos reales, esos inoportunos, se acercaban. Implacables. Crueles. Unidos de alguna manera para siempre a partir de ahora (¿por qué ahora?, ¿por qué así?)
Llegaba el momento de marchar.
El silencio volvió a hacerse presente: las miradas bastaban para transmitirse las mismas certezas, la misma angustia. Ella levantó la mano para tocarle la mejilla y grabar el recuerdo de su piel.
El beso más tierno, más triste y más cruel de la historia de los besos tuvo lugar en aquel cuarto… o, al menos, así lo sintieron ellos.
Último recuerdo de aquel encuentro. Furtivo. El último…
Maldita manía que tiene el destino de anunciar así su presencia y demostrar quién es el que decide.
Hasta el próximo tic tac

1 comentario:

  1. fantasias... recuerdos... pasado, presente y futuro... solo el destino sabe lo que decidira...

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